Gracias a la rapidez burocrática característica de las Administraciones públicas, nos metieron ésta asignatura con embudo en 3 clases antes de acabar el semestre y dio tiempo a que viéramos una película y todo. Examen a libro abierto (aunque tuvimos que apañarnos para completar los pocos apuntes de clase) y trabajito de la peli. Aprendimos prácticamente nada de una asignatura que seguramente nos hubiera servido de mucho en el futuro a la hora de tratar con las familias. Una pena que se permitan el lujo de tirar nuestro dinero por un tema de papeleo. La profesora que iba a impartir la asignatura dio a luz, los papeles hasta que no se da de baja no se pueden mover, mientras que publican la oferta, hacen llamamiento, entrevistan a los candidatos, estos tienen 15 días para decir sí o no al puesto (y nunca se dan prisa en responder y apuran hasta el último momento, claro), llaman al siguiente y al otro y al otro,… se acaba el semestre y nos hemos quedado sin asignatura y con cara de tontos. Bueno, algunos, porque la mayoría de la clase estaba tan feliz de haber tenido esas horas libres cada semana. Ya se arrepentirán.
Segunda generación de Bolonia y cada día me voy a casa con ganas de contar mi "versión de los hechos". Así que he decidido comenzar este blog para, al menos, quitarme ese gusanillo y exponer claramente mi perspectiva sobre el Plan Bolonia en la Universidad en primera persona y como parte interesada del sistema.
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