No puedo dormir. Sé que este blog no es de ese estilo pero es que sigo sin dar crédito a lo que me ha pasado hoy. Si lo añado a lo que ví ayer en el museo... Uf!! No sé por donde empezar.
Esta tarde paseando me he encontrado con 3 de mis compañeras de clase que están haciendo el practicum este semestre y estoy alucinando, la verdad. Me han contado un montón de cosas que han visto en sus respectivas clases y no me lo puedo creer. ¿O sí? Creo que sí porque lo he vivido cuando yo era pequeña o lo he visto hacer, pero es que es tan diferente de lo que nos enseñan en Bolonia... y es que no entiendo porque no cambian esas cosas de una vez. ¿Comodidad de los docentes con plaza? ¿Falta de interés por parte de los maestros y maestras de mayor edad? ¿Un poco de todo? No lo sé. El caso es que hay maestros y maestras de infantil (es lo que conozco), más de los que nos pensamos, que no tratan correctamente a las criaturas en sus aulas: clases que dan grima porque de infantil no tienen nada más que el nombre y el grupo de edad de los niños que hay dentro, escasos juguetes ni material variado para pasar los días, fichas infinitas, pocas opciones de desarrollo de la creatividad ni de la imaginación, niños con los pupitres mirando a la pared castigados días y días porque son algo "revoltosos" o no siguen el ritmo de las clases, adultos que dan "cachetes", "collejas", zarandeos y "toquecitos en boca para que no griten" a niños de entre 3 y 6 años, malas palabras y faltas de respeto hacia los pequeños, trabajos tachados o borrados porque no están "correctamente hechos" o se han salido de las líneas coloreando, niños que no hablan con sus profesores y tutores porque les tienen miedo,... No estoy hablando de un colegio en concreto ni de nadie en especial (que podría), pero de tan sólo 8 compañeras con las que he hablado este semestre -de momento- que están haciendo prácticas, 6 han visto esto bastante a menudo. Alucinante. Y luego se extraña la gente de por qué no escolarizo aún a mi hijo (tiene 3 años). ¿Para qué? ¿Para estar todo el día en vilo? ¿Para desear que el curso que empieza caiga con una profesora que sea "buena"? No lo creo. La educación no es cuestión de suerte o, al menos, no debería ser así.
Nos queda en la conciencia que las enseñanzas que estamos recibiendo con Bolonia (no va a ser todo malo) no van por ese camino ni mucho menos. Ahora sólo nos queda esperar y desear que las nuevas generaciones entren pronto en los colegios (difícil, gracias a lo que está pasando con la política) y la educación respetuosa, libre y sincera para los más pequeños empiece de una vez de forma generalizada. Que no sean sólo unos pocos los "raros" que se salen del redil porque han estudiado otras formas de educar o ven que la educación escolar hasta ahora, como estaba palnteada, no funciona. Que todo el profesorado actúe, se re-eduque, se forme en nuevas metodologías, se pongan las pilas. ¿Eso es lo que quieren que aprendan las universitarias en prácticas que van a sus clases? Si hacen esas cosas estando ellas delante, qué no harán cuando no están. Mi deseo ahora mismo para mis compañeras es que estén atentas, que abran los ojos, que no reproduzcan cuando les toque lo que han visto en las prácticas y les ha chirriado, que se queden con lo que han aprendido en clase sobre respeto y tolerancia hacia los niños, que son lo más importante del mundo y que no se callen, que se quejen del trato observado, que no lo oculten, que lo pongan en sus trabajos de prácticas, que lo digan. Porque es super importante que esto no quede tapado, porque es la realidad, está ahí. Que no son todos, está claro, pero que hay muchas y muchos, también. Que se acabe ya con todo esto que trabajen desde el respeto porque tienen en sus manos la educación de los ciudadanos del futuro. Que son personas aunque apenas levanten metro y poco del suelo. Que luego nos extraña que el magisterio tenga tan mala fama, que tenga una nota de corte para acceder a la carrera de vergüenza, que entre mucha gente que no lo eligió como primera opción pero se quedaron fuera en las otras, que los maestros y maestras no tengan el prestigio que deberían por el papel tan importante que están haciendo en la sociedad, que esto no es un juego y debe cambiar.
Desde mi humilde blog sólo me queda ofrecer esta flor del huerto de mis padres para todos los estudiantes universitarios de magisterio, para que tengan fuerzas y no caigan en el error de la comodidad y de las clases magistrales a diario, que respeten a todas las personas, sobretodo a los niños, y valoren el trabajo que tendrán y que han escogido por que, en verdad, es muy importante.
Con cariño,