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martes, 8 de enero de 2013

Reconversión

Antes de las navidades, el profesor con el que habíamos tenido problemillas de comunicación dio un giro radical en su docencia. Después de hablar con el vicedecanato de estudiantes y estar toda una clase aclarando, dando explicaciones, buscando soluciones y demás, reconozco que debería haberlo hecho antes, la verdad. Pero es que su actitud no era para nada cercana a nosotros y me tiraba mucho hacia atrás ir a hablar con él. Lo sé, no es un monstruo ni nada pero tampoco era un osete de peluche. En fin, el caso es que a raíz de esa charla y el disgusto mutuo (él con nosotros y nosotros con él) todo ha dado un giro increíble en la asignatura. Empezando por su actitud y terminando por la manera de darnos clase. De hecho, ahora mismo, sus clases me gustan. Son amenas, prácticas y útiles, que es lo que más valoro yo. Hasta parece más majo y todo el hombre.
La moraleja de todo esto (si la queréis) es que la comunicación es fundamental, siempre. Hay que hablar.
Solo quería dejar reflejado aquí que la cosa había cambiado y que no todo es malo siempre.


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