Cookies

martes, 13 de noviembre de 2012

Tecnicismos, latinismos y demás ismos

Que el profesorado universitario conoce y maneja su materia (o al menos sabe o debe aparentarlo) es lógico y se entiende. Que el alumnado no tiene ni idea (en teoría) de lo que están explicando hasta que lo explican los profesores/as también debería ser lógico y entendible. Por tanto, no es preciso que los profesores se las den de "listos" utilizando un vocabulario tan técnico, específico y rebuscado que no llegue a los alumnos y los dejen con cara de bobos preguntándose qué habrá dicho. ¿No sería mejor explicar las cosas de forma clara y llana para que todo el mundo lo entienda, no se quede con dudas, aprendan y saquen provecho de cada minuto de las clases impartidas? Cada asignatura tiene un lenguaje específico. Vale. Hay que conocerlo. Vale. Pero cuando se explica dicho lenguaje, habrá que hacerlo de modo que no suene a chino para que haya un aprendizaje significativo, ¿no? Digo yo, vamos.
Es que hay algunos que parece que se quieren vengar de nosotros utilizando "palabrejas" sin sentido (para nosotros), una detrás de otra, sin opción a replica. 
Se podría preguntar el significado, pero es que sería una pérdida de tiempo por la cantidad ingente de ellas que usan. ¿No sería mejor perder o, mejor, invertir un poco de tiempo al principio explicándolo todo de manera que todas las personas lo entiendan y luego poder usarlas en explicaciones más complejas?
Así no se gana a los alumnos, todo lo contrario. Si hay muchas personas que odian las matemáticas, por ejemplo, porque no entienden el lenguaje complejo que se maneja, en la universidad hay otras muchas asignaturas que también se odiarán porque el profesor de turno no sabe llegar a los alumnos con su lenguaje pudiendo hacerlo de otras formas. No se adapta. No llega. Solo consiguen frustración y fracaso.


1 comentario:

  1. LaS personas sabias suelen ser humildes y sencillas. Quien necesita mostrar su sabiduría quizás oculta su carencia....

    ResponderEliminar